lunes, 12 de octubre de 2009

Correspondencia para tí...


Hay varios años ya de tu partida, quiero que sepas que aún te necesito, he superado muchas cosas, he obviado otras.
Cuando  el  día  está gris  y el viento amenaza con volarme  el  abrigo al bajarme de mi auto, en la tan ansiada llegada a casa, pienso...
Me resisto a tu partida, me niego a perderte, no dejo de amarte y aquí dentro siento  que te necesito tanto...
Cuando miro a mis hijos te siento conmigo, siento tu apoyo... en ese instante me invade una profunda e irresistible necesidad de abrazarte, de darte las gracias por todo lo que me amaste, por todo lo que sufriste al dejarme.
Te pido perdón por no haberte apoyado, cuando dijiste que era tan necesario, pero entiende querido, era solo una niña y no sabía lo que hacía.
Ahora que ya soy grande, he tratado de caminar por la vida como me enseñaste, usando zapatos de plomo y amándolos a todos.
En un respiro inmenso me siento en paz conmigo y te dejo en plena libertad de buscar tu propia luz o quedarte conmigo, hasta el momento que también me ha de llegar.


¡ Gracias papá!


 

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